Llegamos a la canción que inspiró el nombre de este proyecto. Y pienso que es ella la que cuenta el motivo por el cual han surgido todas las demás canciones. Es esa necesidad urgente de la que habla esta canción la que da origen a todas las historias que a lo largo de las 18 canciones anteriores hemos ido contando. Y es que en una época en la que el ser cristiano se ha convertido, en muchos casos, en una costumbre más que en un reto o en un estilo de vida, nos urge, como decía San Pablo, predicar. Y para mí, predicar se traduce en contar las historias y las vivencia que me inspiran la palabra y el ejemplo de mi Maestro de Galilea. Siento que para mejor amarlo y seguirlo, es vital conocerlo, imaginarlo en su tiempo y en su cotidianidad, así como nos lo cuentan los evangelios, rodeado de personas de carne y hueso, qué tal como nosotros hoy, experimentaron la alegría, la aflicción, el miedo… y abrazados a esas escenas, identificándonos con esos hermanos que nos precedieron en el encuentro con Jesús, empezar a sentir y a percibir que el Maestro también a nosotros hoy nos conforta, nos interpela, nos desafía, nos sorprende, nos desconcierta, y sobre todo, nos despierta.
El maravilloso poeta brasileño Vinicius de Moraes escribió:
“Y al fin de la jornada
vi mi canto crecer;
hay tanta oscuridad en las calles
esperando el sol nacer.
Voy a cantar por la vida
mi canto de amor;
hay tanto dolor escondido,
tanto canto sin cantor.“
Y por esa oscuridad que espera el sol naciente, por ese dolor escondido, por tanto canto aún no cantado, se me hace urgente, vital, imprescindible, llenar el silencio de buenas noticias, decir que en tierra de sombras brilló una intensa luz.
Reavivar con canciones e historias apasionantes y apasionadas esa llama de amor por el Maestro y por El proyecto del Reino para que así, inspirados cada nuevo día, podamos repetir con el salmista, con profunda conciencia del milagro de vivir la aventura de la fe: “¡Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo. Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna Su misericordia: aleluya, aleluya!”
Voz
Pista
Créditos
Letras y Música: Ana Lucía Vlieg
Voz, Arreglos, Teclado y Producción Artística: Patricia Vlieg
Violín: Gerardo Roa
Guitarra: Vilma Esquivel
Contrabajo: Carlos Quirós
Percusión: Eliel Murillo
Repicador: Milagros Blades
Grabación y Mezcla: Giulio Jiménez
Asistente de Grabación: Ricky Marchan
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Grabado en Rock and Folk
Panamá, Diciembre 2017
Como el Aire
Letra y música: Ana Lucía Vlieg
Arreglo: Patricia Vlieg
Es como el aire cantarte;
fuego que late en mis venas;
llama azul que en lo profundo
se vuelve incendio y me quema.
Es como el aire cantarte
y proclamar tu palabra;
del corazón surge un grito
que revienta en mi garganta.
Es tan vital como el aire,
como el agua, como el pan;
decir que Tú eres camino
que nos da la libertad.
Es tan vital como el aire,
como el agua, como el sol;
gritar que en tierra de sombras,
una luz resplandeció.
Es como el aire cantarte;
como el pan de cada día;
para llenar el silencio
con tanta buena noticia.
Es como el aire cantarte
y decir que estás presente;
que tu evangelio y tu ejemplo
siguen siendo tan urgentes.
Es tan vital como el aire,
como el agua, como el pan;
decir que estás con nosotros
por toda la eternidad.
Es tan vital como el aire,
como el agua, como el sol;
seguir andando el camino
que marcaste con tu amor.
Es tan vital como el aire,
como el agua, como el pan;
decir que estás con nosotros
por toda la eternidad.
Es tan vital como el aire,
como el agua, como el sol;
seguir andando el camino
que marcaste con tu amor.
