Album Creo en Tí

TRAS DE TI

By 4 junio, 2018junio 21st, 2018No Comments

¿Alguna vez han escuchado la expresión: Más bueno que el pan”? o “Es un pan de Dios”? Al escuchar estas expresiones comencé a fijarme más en cuántas referencias hay al pan en el lenguaje popular, y luego, atendiendo a esa curiosidad, quise saber cómo se refería al pan la Palabra. En tiempos bíblicos, El pan era esencial dentro de la dieta judía. La abundancia de pan y vino era considerada símbolo de riqueza y de la bendición de Dios. El pan ocupaba, también, un lugar importante en las celebraciones religiosas principales. Aún hoy, en la cena del sábado (Shabat) se encuentran presentes el pan y el vino, al igual que en la cena de pascua, aunque los panes de la Pascua deben hacerse sin levadura. También, los panes se traían hasta el templo a manera de ofrenda. Compartir con alguien el pan es símbolo de amistad, de banquete y es esperanza del tiempo en que se celebrará el banquete en la patria del Altísimo. Cuando aprendí que el nombre hebreo Betléhem se traducía como “casa del pan” me pareció un detalle importante que no tomamos mucho en cuenta. Grandes momentos de la vida de Jesús desde siempre están relacionados con el pan. Multiplica el pan para alimentar a multitudes. En la oración que Él mismo nos enseña nos manda pedir el “pan de cada día.” En la fracción del pan lo reconocen sus discípulos, y de manera particular, en la última cena, Jesús se refiere al pan como su cuerpo. Jesús, como el pan, se entrega, se parte y se reparte. Y esta canción busca hacer un paralelo entre lo que es el pan como alimento y el pan que es Jesús entregado por nosotros, alimento espiritual para fortalecernos, despertarnos y renovarnos la pasión por Su causa.
En nuestra meditación anterior hablábamos de ofrecer nuestros panes como el joven presente el día del milagro de la multiplicación. Hoy, el pan vivo nos invita a ofrecernos, a partirnos y repartirnos, a dar hasta el cansancio, a perdonar hasta setenta veces siete (y eso no quiere decir 490 veces), a dejar la ofrenda en el altar para buscar la reconciliación con el hermano, a corregirnos fraternalmente no solo una vez, sino varias, a mirar con compasión al hermano y preocuparnos por las necesidades del otro, a ser valientes para denunciar con el fuego de la palabra del resucitado la injusticia ahí donde alguien está siendo humillado, rechazado, donde no se le reconoce su dignidad de hijo amado del Padre.
Entonces ser “un pan de Dios” o “más bueno que el pan” es un desafío. No se trata de una mansedumbre incapaz de valentía y coraje. El ejemplo nos lo da El Dios hecho Pan que nos renueva todos los días el deseo y la decisión de seguirlo, amarlo y reflejarlo en nuestras propias vidas para, como dice la canción de esta semana, ir haciendo posible “el milagro cotidiano del amor.”

Voz

Pista

Partitura

Revisión y edición de partitura: Alvaro Granadillo

Tras de ti – Lead Sheet

Créditos

Letras y Música: Ana Lucía Vlieg
Voz, Arreglos, Teclado y Producción Artística: Patricia Vlieg
Guitarra: Vilma Esquivel
Contrabajo: Carlos Quirós
 
Grabación y Mezcla: Giulio Jiménez
Asistente de Grabación: Ricky Marchan
Grabado en Rock and Folk Panamá, Diciembre 2017

Tras de ti
Letra y música: Ana Lucía Vlieg Paulin
Arreglo: Patricia Vlieg

Pan amigo, pan espera,
pan cocido sobre brasas;
pan anuncio, pan promesa,
pan anhelo y esperanza;
pan trabajo de mi pueblo
que te busca cada día;
pan que amasaron las manos
amorosas de María.

Pan que alimentas nuestros sueños;
pan que destruyes los temores;
pan que das fuerza en el camino
tras de ti,
forjador de mil historias;
tú, alfarero de la vida
que abonaste con tu sangre
el milagro cotidiano del amor.

Pan abrazo, pan recuerdo
compartido entre sonrisas;
pan el tiempo liberado
de las garras de la prisa;
pan horneado en el silencio
de las horas de vigilia,
con fermento de ilusiones,
con harina de fatigas.

Pan que renuevas nuestras fuerzas;
pan que nos abres al futuro;
pan para ser en el camino
tras de ti;
forjadores de la historia
y ser alfareros de la vida
que juntos hagamos posible
el milagro cotidiano del amor.

Pan que alimentas nuestros sueños;
pan que destruyes los temores;
pan que das fuerza en el camino
tras de ti,
forjador de mil historias;
tú, alfarero de la vida
que abonaste con tu sangre
el milagro cotidiano del amor.